La tierra es de quien la trabaja, los ecosistemas son de todos.

Alejandra Monroy V.
5 min readJun 13, 2020

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Reserva dela Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, Sonora.

Voy a comenzar con una anécdota. En 2012 fui a Tabasco a conocer uno de los proyectos de restauración ambiental en la cuenca del río Usumacinta, mientras caminábamos por un selva que a mí me parecía impresionante y densa. los biólogos nos explicaron que en realidad era un ecosistema muy joven, recién restaurado; nuestro guía nos dijo –¡esto era un peladero, tumbaron todo!–, yo le pregunté quién lo había tirado, vaciló unos minutos y respondió –yo creo que mi papá–. Me quedé muda.

Ese predio, ahora restaurado, está dentro de la Área de Protección de Flora y Fauna Cañon del Usumacinta, una de las 181 Áreas Naturales Protegidas (ANP) de México que tienen diversos niveles de regulación ambiental, pero comparten una característica: todas tienen dueño. Es decir, que sus 96 millones de hectáreas son propiedad de muchísimas personas que viven dentro de las reservas y deben aprovechar sus recursos para subsistir.

Zona de Protección de Flora y Fauna Cañon del Usumacinta. Tabasco

El objetivo principal de declarar una ANP es justamente regular el uso y explotación de los servicios ambientales que brindan a las comunidades que la habitan y a todos nosotros. Ahí radica su importancia, porque a diferencia de otros países que tienen enormes reservas federales que son prácticamente intocables, en México, gracias a la Reforma Agraria, todo el territorio está repartido entre pequeños, medianos y grandes propietarios.

Algunos de estos terratenientes, principalmente en las comunidades de pueblos originarios, han sabido mantener un equilibrio entre satisfacer sus necesidades y el cuidado del ambiente, pero desgraciadamente muchos otros han sobreexplotado sus recursos terrestres y marinos y causado una gran degradación en los ecosistemas que habitan. Esto y las actividades criminales de siembra, tala, cacería y pesca clandestinas, colocan a nuestro país en una situación ambiental muy grave.

Reserva de la Biosfera Desierto del Vizcaino, Baja California Sur.

En este contexto, hace 20 años se creó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) con la misión de tener un órgano de gobierno que se encargara de trabajar hombro con hombro con las comunidades para salvaguardar los servicios ecosistémicos de sus territorios. Esta labor titánica se realizó desde el principio con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil porque no hay dinero ni manos que alcancen para cumplir con un trabajo que no solo exige compromiso sino también enormes recursos financieros.

Las principales actividades que se realizan en las ANP son proyectos de desarrollo sustentable, protección de especies en riesgo (animales y vegetales), restauración, conservación y, muy importante, sensibilización y educación ambiental con las comunidades. Muchos de estos proyectos llevan más de 20 años de trabajo y requieren muchos más para cumplir sus objetivos finales. Aunque hay logros muy significativos y proyectos que son un éxito y ejemplo a nivel mundial, estos pueden venirse abajo sin la labor que los guardabosques, educadores y brigadistas realizan día con día.

Área de Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios, Baja California

El trabajo de conservación ambiental representa una lucha constante para conseguir recursos financieros, ya sean públicos y privados. La protección de los ecosistemas mexicanos nunca ha sido una prioridad para los gobiernos y, salvo honrosas excepciones, tampoco para las empresas. Durante los últimos sexenios el presupuesto de instituciones como la Conanp, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) se han visto reducidos drásticamente; además, el incremento de la presencia del crimen organizado en todas las ANP y el riesgo que esto implica para trabajadores y habitantes ha mermado el número de proyectos que pueden realizar y obligado a personas muy valiosas, por sus conocimientos y compromiso, a dejar la administración pública en la que su experiencia es muy importante.

Ahora estas instituciones enfrentan una nueva amenaza: el posible recorte del 75% a su presupuesto, si esto sucede significará el fin de cientos de proyectos, que muchas más personas pierdan su trabajo y nosotros nos quedemos sin su sabiduría y valor para proteger nuestro capital natural.

Nos encontramos en una década clave para detener los efectos del cambio climático, tenemos diez años para lograr que la temperatura global no aumente los dos grados que modificarían la vida como la conocemos. Evitar esta catástrofe es tarea de todos, tenemos un inmenso abanico de acciones por hacer y cosas por aprender; una de las más importantes es organizamos y participar para exigir a los gobiernos que la agenda ambiental sea una prioridad, declaren emergencia climática y actúen en consecuencia.

Parque Nacional Cumbres de Monterrey, Nuevo Léon.

Así que los invito a tomar una participación activa para frenar el recorte de los recursos financieros dedicados al cuidado del ambiente, no porque sea el primero o más grave sino al contrario, porque hay una historia detrás que se ha repetido sexenio tras sexenio; sin importar el partido que esté gobernando la protección y conservación de los recursos naturales ha pasado siempre a segundo o tercer plano. Asumamos la responsabilidad ahora si es que no lo hemos hecho antes; llegamos a esta situación porque como ciudadanos le hemos permitido a los gobernantes robar o utilizar mal el dinero destinado a la conservación. Si ya hemos levantado la voz contra la corrupción o ineptitud de otros gobiernos, redoblemos los esfuerzos hoy porque esto va más allá de las diferencias políticas, se trata de resguardar los ecosistemas, las especies que los habitan y la vida de millones de personas, incluida la nuestra.

Una vez que pase la contingencia sanitaria, también podemos ayudar visitando las ANP, usando los servicios ecoturísticos que ofrecen sus pobladores y ahora mismo podemos consumir los productos de proyectos de desarrollo sustentable que se llevan a cabo en las reservas. Actuemos ahora, levantemos la voz y las manos, lo que está en riesgo es lo más importante que tenemos. Intenten imaginar un planeta sin agua y aire limpios, sin suelos fértiles y sin los millones de especies cumpliendo sus funciones en el sistema perfecto que es nuestro planeta; no hay nada más terrorífico ¿o sí?

Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, Sonora

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Alejandra Monroy V.
Alejandra Monroy V.

Written by Alejandra Monroy V.

Estudié diseño y me asombran los humanos, la naturaleza y la ciencia.

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