Madrina
Tengo una madrina y creo que no miento si digo que, en realidad, tengo un hada madrina, porque Ofe con su figura menudita y grácil y sus facciones alegres y dulces ha estado siempre en mi vida para llenarla de amor y felicidad, justo como hacen las hadas.
Hay tantas cosas que admiro en mi tía-madrina que desde hace semanas estoy pensando en este texto y cada día tengo un nuevo recuerdo para contar y así celebrar sus 90 años. Porque sí, Ofe además de sus muchas cualidades, es un ser longevo y lleno de vida que emite una luz cálida a su alrededor.
Mi tía Ofelia es además ordenada, pulcra y trabajadora. Se ha encargado del cuidado de sus padres, hermanos, esposo, hijos, cuñados y sobrinos con una generosidad sin límites. Desde muy joven se esforzó por mejorar su vida y la de los suyos sin perder ni un poquito de su simpatía y gracia. Al escribirlo parece una cosa fácil, pero sin duda no lo es; mantener un espíritu alegre incluso en medio de las adversidades y cumplir responsabilidades, que tal vez no correspondían a una mujer tan joven, al tiempo que se mostraba siempre dispuesta a la risa, al baile y al disfrute, es algo admirable.
Ofe decidió compartir su vida con un hombre maravilloso del cual tengo recuerdos imborrables y llenos de cariño. Juntos fueron mis padrinos, mis tíos y, tal vez sin darse cuenta, una de mis guías de vida. Siempre que pienso en mi tío Paco me duele que se haya ido tan pronto, estoy segura que hubiera disfrutado mucho ver la forma en que su familia creció y sobre todo, ver a Ofelia seguir bailando y cantado, siempre valiente y fuerte ante la ausencia de los familiares que la vida y el tiempo nos han arrebatado.
Valoro mucho a las personas dispuestas al aprendizaje, las admiro el doble cuando han desarrollado conocimientos y sensibilidad hacia la sociedad y el arte sin haber contado con la oportunidad de estudiar carreras universitarias. Ofe es una mujer culta que absorbe saber de todo y de todos los que la rodean y además comparte esa sabiduría labrada con dedicación y tiempo.
Gracias pues, Ofe, por tanto. Por ser mucho más que una tía, por cumplir tu papel de madrina con cabalidad y por estar siempre. El único deseo que tengo ahora para pedirte es que te quedes mucho más tiempo con nosotros y sigas acompañando y guiando a esta familia como solo tú sabes hacerlo. ¿Me cumples ese deseo, hada madrina?