Vivir un siglo

Alejandra Monroy V.
3 min readJan 7, 2024

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Guillermo Monroy, en enero de 2024

Vivir cien años es cada vez menos raro, las expectativas de vida de nuestra especie han aumentado con el avance de las ciencia. Lo que es extraordinario es llegar a un siglo lleno de ilusión, alegría y capacidad de asombro. Hoy es el cumpleaños número 100 de Guillermo Monroy Becerril, artista plástico, escritor, maestro, luchador social, padre, abuelo, tío y de alguna manera la estrella que ha guiado el camino de una numerosa y cálida familia.

La curiosidad y talento de mi “Tío Memo” cambiaron el rumbo de su vida y la de muchas personas más. Sus padres, Ignacia y Sabás, migraron desde Michoacán a un populoso barrio de la Ciudad de México, sus hijos e hijas parecían destinados a una vida como obreros hasta que Guillermo ingresó a “La Esmeralda” y luego al Partido Comunista Mexicano. Bajo su influencia, la sensibilidad innata hacia el arte y la justicia social de sus hermanos y hermanas encontró un rumbo que han seguido cuatro generaciones de la familia Monroy que ha crecido unida bajo un paraguas de amor incondicional y ejemplos de vida admirables.

No voy a hablar mucho de la trayectoria profesional de Guillermo, de eso se ha escrito más y mejor de lo que yo puedo lograr (acá su sitio web). Solo diré que su espíritu es un puente vivo entre el arte mexicano de dos siglos y que su obra gráfica y escrita refleja la transformación de la lucha social y su profunda relación con la creación artística. Más allá de su cercanía con los grandes muralistas y pintores del siglo XX, Monroy se ha labrado un lugar propio en el ámbito artístico mexicano y sobre todo ha sido un faro que, a través de la docencia, ha iluminado las carreras de cientos de jóvenes artistas.

Escribo esto porque la influencia de mi tío Memo trasciende a su obra. Es la persona con más entusiasmo vital que conozco. Platicar con él, escucharlo, es sentirse inundado por la energía que emana de su memoria prodigiosa y su voz cantarina. Es un ser amoroso, que habla como pinta; con colores, flores, niños, aves, mariposas y paisajes terrenales o cósmicos.

Sus anécdotas y curiosidad son infinitas, rememora acontecimientos de hace 70 u 80 años y se mantiene informado de lo que sucede día a día en este mundo que nunca ha dejado de ser suyo porque siempre encuentra razones para amarlo y encontrar belleza en las cosas sencillas o en los grandes logros humanos.

Nunca da sermones, siempre comparte y su mente iluminada le alcanza para ver mucho más de lo que sus ojos enfermos le permiten. No se aferra a la vida, la disfruta y en su enorme generosidad sigue regalándonos sus palabras y abrazos cálidos y amorosos.

Creo que a mí no me alcanzarán 100 años para agradecer la compañía y el ejemplo de mi tío Memo, pero si llego a vivir tanto, espero lograrlo con un poquito de su chispa, su sabiduría y su entusiasmo.

Un millón de gracias, Guillermo, por vivir y dejarnos ver el mundo como lo ves tú, con su terrible belleza y complejidad, por sembrar curiosidad y amor, y ahora cosechar los frutos de las manos de todos los que te amamos y admiramos. ¡Larga vida, Maestro Monroy!

Retrato de Walt Whitman y pintura al oleo de niña con pájaro.

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Alejandra Monroy V.
Alejandra Monroy V.

Written by Alejandra Monroy V.

Estudié diseño y me asombran los humanos, la naturaleza y la ciencia.

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